Se cumplen 6 años de la desaparición de Jorge Julio López
luego de testificar contra el asesino y torturador Miguel Etchecolatz.
Unos años más tarde, Luciano Arruga fue víctima de la
policía por rehusarse a robar para
ellos. El año pasado, Daniel Solano fue desaparecido en Río Negro por negarse a
ser buchón de la empresa Expofrut.
Ahora bien, ¿son
aislados estos casos? NO. Jorge Julio López, Luciano Arruga y Daniel Solano son
tan sólo tres de los 195 desaparecidos en democracia por las fuerzas represivas
del Estado. Ya sea por venganza contra nosotros, por nuestra militancia o por pertenecer a las clases bajas, somos
acreedores de la violencia legal del Estado; estando en la oscuridad de la
dictadura militar u obnubilados por los espejitos de colores que nos venden los
gobiernos de turno, se demuestra que los medios y los objetivos son los mismos
a lo largo de los tiempos: la dominación del pueblo mediante la represión y el
amedrentamiento constante.
Y al gobierno de los DDHH, ¿qué parte le toca en esto?
Ciertamente una muy importante, ya que es primero en desapariciones, muertes y
persecuciones a la militancia y a los pobres. No hay mejor muestra de cómo
homenajeó a los desaparecidos, el 30 de agosto, con una detención ilegal de más
de 60 personas (menores de edad incluidos) en Campo de Mayo por cortar la Panamericana. Se
ve que los Servicios de Inteligencia y los
progresistas, que son hoy gobierno, quieren volver a sus épocas de
juventud en los ´70.
El enemigo vuelve a mostrar las armas en la calle y a plena
luz del día, como hace 30 años atrás.
¿Vamos a dejar que nos sigan pisoteando?
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