Un nuevo crimen se produjo en las vías del Ferrocarril
Sarmiento. Uno de los trenes que se dirigía a Castelar chocó contra otro que
estaba detenido. Murieron tres personas y trescientas quince resultaron
heridas, entre las cuales algunas sufrieron amputaciones y otras todavía están
internadas. Y como siempre, la culpa de todo se la echaron a los maquinistas.
Desde el primer instante y con el hecho recién ocurrido, cortaron el hilo por
lo más delgado: un trabajador, y el gobierno, apostó como siempre al "yo no
fui".
Ha pasado casi un año y medio de la masacre de la estación
de Once y parece que lo sucedido no ha servido más que para reducir la cantidad
de pasajeros, pero no alejó la posibilidad de morir en un simple viaje, ni se
terminó con las concesiones a empresas privadas.
Señales que no funcionan, barreras que no bajan, frenos que
fallan, cables fundidos, etc. Pruebas todas de que no se puede tapar el sol con
la mano: el ferrocarril es un enorme negocio de unos pocos.
Al contrario, las 51 muertes de Once, brindaron más
oportunidades de acrecentarlos. Como el caso de los dueños de Ferrovías y los
de Metrovías (Romero y Roggio, respectivamente), quienes a raíz del choque se
hicieron cargo mediante UGOMS con la condición de que el Estado pague todos los
gastos: GANANCIA NETA. No fueron suficientes tampoco para que se vaya
Cirigliano del Sarmiento, ya que el gobierno lo indemnizó por sus buenos años
de servicio con el envío de trabajo a los talleres de EMFER, propiedad de ese
grupo, que es escenario de conflicto con sus trabajadores en estos últimos
tiempos. Etado y empresas, no conocen de límites tampoco a la hora de honrar
compromisos entre ellos, recordemos que un testigo clave del choque en Once fue
asesinado en enero de este año.
Los trabajadores venían denunciando estas fallas de los
coches y del sistema ferroviario en general desde hace tiempo, pero así y todo
los coches salían. Presentar notas informando que podría ocurrir un siniestro
no alcanzó, ya que a UGOMS no le importó. ¿Y entonces? ¿Qué queda para hacer?
¿Que siga muriendo gente hasta que todo cambie?
No se puede dejar que estos criminales saquen trenes
defectuosos, en defesa de la vida misma, los trabajadores deben evitar que esto
suceda, de lo contrario, las vías y andenes seguirán manchadas de sangre, la
gente seguirá muriendo en vano y nunca se acabará con todo esto.
Basta de muertes en el ferrocarril.
BASTA DE ROBARNOS Y MATARNOS A TODOS.
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