Durante el mes de mayo han tenido lugar una serie de suspensiones, en general transitorias, que se han ido incrementando en los últimos días en distintas ciudades del país, afectando a miles de trabajadores del sector autopartista y de otros gremios.
Las patronales, y todos sus socios –sindicatos, Estado, economistas– alegan que esto se debe a la caída en las ventas y la baja de las exportaciones. Poco nos importa el motivo, lo cierto es que en momentos como estos los trabajadores nos convertimos en socios a la fuerza de nuestros explotadores, compartiendo sus crisis y padeciendo sus métodos para ellos puedan salir adelante. Porque, en gran parte de los casos, las suspensiones implican reducción en los salarios, por trabajar menos horas, y esto, sumado con el aumento en los precios a los productos de la canasta de consumo, no hace otra cosa que continuar complicando nuestro día a día.
Sabemos que las suspensiones son el comienzo de un plan patronal que lejos está de terminar. Lo demuestran los despidos a los bancarios en Tucumán y la represión policial cuando se manifestaban reclamando su reincorporación, o el conflicto que están atravesando los trabajadores de Cerámica Neuquén, donde se les adeudan salarios y el patrón amenaza con cerrar la fábrica y dejarlos en las calles.
Queda claro que estos no son hechos aislados y se irán extendiendo, con la complicidad de los sindicatos y el Estado.
Frente a esto, alentamos la organización horizontal y la solidaridad activa para contrarrestar los ataques de los explotadores.
Federación Obrera Regional Argentina
Secretaría de Prensa - F.O.R.A. – A.I.T.
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